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Aspectos a tener en cuenta para determinar la densidad óptima de siembra

Con el correr de los años el rendimiento del maíz ha ido incrementándose como consecuencia del mejoramiento genético y de cambios en las prácticas de manejo tales como el aumento de la densidad de siembra, el uso de fertilizantes, las mejoras en el control de malezas y diferentes fechas de siembra. Existe una gran cantidad de bibliografía y trabajos técnicos respecto de la densidad de siembra ideal. El objetivo del presente artículo es mencionar de manera resumida los aspectos más relevantes a tener en cuenta. Para la determinación de la densidad de siembra debemos tener en cuenta su relación con: El rendimiento Las condiciones ambientales Fecha de siembra Elección del híbrido

Rendimiento

La respuesta del rendimiento en función de la densidad de siembra (sin limitaciones de agua y nutrientes) se puede dividir en tres fases; a) un incremento lineal a densidades muy bajas b) un incremento parabólico en densidades intermedias y c) una respuesta parabólica negativa en altas densidades (Tollenar, 1992, Andrade et al., 1996, Sarlengue et al., 2007). Por lo tanto la “densidad óptima” es el valor en el cual el rendimiento alcanza su máximo. Cuando las densidades son muy bajas (muy por debajo del óptimo) el rendimiento se reduce debido a la baja capacidad del cultivo de cubrir el suelo (captación de la radiación) y por el límite en el tamaño potencial de espiga, que no compensa la disminución en su número. Por otro lado, con densidades demasiado altas (muy por encima del óptimo) el rendimiento disminuye ya que la planta prioriza el crecimiento de órganos distales (panoja) en detrimento de los axilares (espiga). Por este motivo, en cultivos que crecen bajo severo estrés, la espiga recibe proporcionalmente menos recursos, diminuyendo abruptamente su rendimiento. En otras palabras, una disminución o un incremento excesivo en la densidad de siembra terminan repercutiendo negativamente sobre el rendimiento en grano.

Condiciones ambiententales del lote

La densidad óptima de siembra varía con la calidad del ambiente en el cual se desarrollará el cultivo (diponibilidad de agua y nutrientes). A mayor calidad del ambiente, mayor será la cantidad de plantas necesarias para alcanzar los máximos rendimientos. En ambientes o situaciones de baja productividad un elevado número de plantas/m2 puede provocar pérdidas de rendimiento por aborto de granos y/o espigas. En base a lo expuesto surge la necesidad del manejo de la densidad de siembra por ambiente. Considerando las condiciones de cada lote, el número de plantas deberá ser tal que se le permita a cada una de ellas crecer mucho pero no su máximo potencial, con un estado fisiológico óptimo.

Fecha de siembra

Según Federico Bert y Emilio Satorre “la selección de la densidad no sólo depende del ambiente sino también de otras decisiones de manejo del cultivo. Una de las más importantes es la fecha de siembra.” En este sentido remarcan que “las densidades óptimas en siembras tardías son 10 a 15% inferiores a las de los maíces tempranos” para un mismo ambiente. “El cultivo tardío, siempre expuesto a condiciones de radiación y temperatura de llenado de granos inferiores, aumentaría su eficiencia en el uso de la radiación si las densidades son normalmente bajas.”

Elección del híbrido

Analizando este aspecto Federico Bert y Emilio Satorre indican que “hay evidencias de que los distintos materiales responden de manera diferente a cambios en la densidad” “La relación entre tasa de crecimiento por planta y número de granos es propia de cada material.” Es de suma importancia entonces conocer el comportamiento de cada híbrido con respecto a la tasa decrecimiento por planta y la cantidad de granos por espiga, siendo este último un “aspecto que puede contribuir al uso de densidades más bajas (para mayor estabilidad ante eventuales condiciones desfavorables) resignando poco potencial de rendimiento.” Dentro de nuestro portfolio comercial, el maíz QS75-01 es un híbrido de gran potencial y “plasticidad”, mostrando una excelente adaptación tanto a planteos de alta tecnología, como en aquellos donde buscamos tener un piso más alto, ya que este hibrido presenta un alta prolificidad, llegando en planteos de 45.000plt/ha a 1,7 espigas por planta. El híbrido QS 86-01 por su lado presenta un excelente comportamiento al aumento de plantas, con ambientes de alto potencial. Muestran una estrategia diferencial de compensación de rendimiento, al mostrar una espiga flex, cuando se dan mejores condiciones tanto ambientales como de nutrición. A continuación detallamos la densidad recomendada para cada híbrido en función de la zona, localidad, época de siembra y tipo de ambiente (rendimiento alto, medio y bajo).

Densidad de siembra recomendada por ambiente

En las siguientes tablas detallamos la densidad recomendada para cada uno de nuestros híbridos en función de la zona, localidad, época de siembra y tipo de ambiente (rendimiento alto, medio y bajo).

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Bibliografía

Tollenaar, M., Dwyer, L. M., & Stewart, D. W. (1992). Ear and kernel formation in maize hybrids representing three decades of grain yield improvement in Ontario. Crop Science, 32(2), 432-438. Andrade, F.H., Cirilo, A., Uhart, S., & Otegui, M. (1996). Ecofisiología del Cultivo de Maíz. Editorial La Barrosa. EEA Balcarce, CERBAS, INTA-FCA, UNMP (Eds.). Dekalb Press. Buenos Aires. 292 pp Sarlangue, T., Andrade, F. H., Calviño, P. A., & Purcell, L. C. (2007). Why do maize hybrids respond differently to variations in plant density? Agronomy Journal, 99(4), 984-991.

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